viernes, 1 de octubre de 2010

Marzo en Madrid

Me quitaste las ganas de seguir
follando, me robaste la virtud
virtuosa de la pelvis y el parchís,
la receta del orgasmo y el cus-cús.

Me dejaste pelada la nariz,
como la cáscara de un altramuz,
vacío, como un pistacho sin abrir,
como unos ojos que no despiden luz.

Te costó retenerme junto a tí,
aceptar que era sexo sin calor,
me costó el llorar después de ti.

Te costó seis vidas aquel desliz,
gatita negra que me arañó,
y yo no volví en Marzo a pisar Madrid.

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