domingo, 10 de abril de 2011

Retales de Paula I

En lugar de coleccionar sellos, monedas o coches de época, Paula colecciona obsesiones. Y no lo hace voluntariamente, aunque tampoco es algo de lo que no sea consciente. Es la simbiosis perfecta entre lo que se odia y lo que se necesita, entre lo que se rechaza y lo envidiado. Paula nunca ha salido de su país, pero no por incapacidad económica, o miedo a los aviones, sino porque no ha sentido jamás la extraña necesidad de viajar, de conocer sitios nuevos. Paula es feliz en su mundo, con su mundo. Su mundo, que es un gato persa al que no echa cuenta, un par de vaqueros desgastados, el ordenador portátil, y la pequeña librería en la que trabaja. Y las obsesiones, claro, no nos olvidemos de las obsesiones.

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